"The critic is who can translate into another manner
or a new material his impression of beautiful things.

The highest, as the lowest, form of criticism is a mode of
autobiography".
WILDE, Oscar.

diumenge, 20 de desembre del 2009

Pasen y vean

Seríamos dos o tres, no más. Pero ahí estábamos. Esperando lo no esperado, como todo lo que en esta vida nos importa. Sí, era así de triste. Bueno, triste era sólo el eufemismo de trágico, pero nadie se atrevía a decirlo. A ver, tampoco hace falta exagerar, pero a veces, a veces... esperar ciertas cosas puede ser muy complicado. ¿En qué pensar? ¿Le llamo? ¿Me tomo un café? ¿Dejo fluir un diálogo asonante con el chico que me mira de reojo? No, qué monótono y poco original. Mejor, me voy, porqué esto es insoportable. Iré a casa, después compraré aquel libro tan especial y luego.... ¡Ah!, pero justamente cuando había decidido irme: "el siguiente, por favor. Dígame su nombre". Trago saliva. No estoy nerviosa, no, no - sólo es el aire acondicionado que me hace tiritar -. "¿Y, bien?" Me mira con seriedad. "Ah, para usted no hay nada. El siguiente, por favor". ¡El siguiente por favor, por favor, el siguiente! En mí cabeza caótica resonaba intoxicada su respuesta, sólo le había faltado decir: joven, la vida es dura. ¡Arriba los tópicos!
Me quise tranquilizar. Vale, lo que ya había intuido. No esperes nada. Esperar te oxida. Porqué lo que importa no se espera. Salí corriendo, demasiado de prisa. Casi a tropezones. Y de pronto lo vi - lo entendí - sí, y lo contemplé. Estaba delante de mí. Lo que yo esperaba que era no esperado: mi futuro. Qué revelación. Vaya. El siguiente, por favor.

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